TAMI MIL CARAS

  

  TAMI MIL CARAS 

 

Hace mucho, pero mucho tiempo, en un lugar donde todo era incierto, nacieron unos personajes que irradiaban luz. Entre ellos, había uno muy especial al cual sus amigos llamaron TAMI. 
Su nombre fue escogido por su particular forma de ser, pues él vivía en un sube y baja de emociones y las expresaba a través de su cara y sus actos. Es por ello que decidieron llamarlo TAMI, con T de tristeza, A de alegría, M de miedo e I de ira. TAMI, ¡era increíble! pues cambiaba de cara a cada momento y por ello decidieron que su apellido sería Mil caras. Nuestro gran personaje disfrutaba del juego con sus amigos, pero algo muy particular sucedía cada vez que no se sentía a gusto con algo. Su cara y sus actos mostraban acciones que sus amigos no comprendían.

 

Un día, de tantos, los amigos se asombraron al ver que TAMI se alejaba cada vez que pasaba por la pecera de su escuela y el pez Guppy lo observaba, pues según él este animalito era mitad pez y mitad leopardo. 
Por ello su cara mostraba algo que habían nombrado miedo y sabes…los gritos no se hacían esperar. Situación que los incomodaba bastante. 
En otros momentos, cuando no jugaban lo que él decía, se mostraba con ojos saltones. Las flores del campo de la escuela se escondían, pues ante este sentir TAMI pisoteaba con gran fuerza todo lo que había a su alrededor. A esta emoción la denominaron ira. 
La cara que más les gustaba era la que iba acompañada de la alegría, pues este personaje de luz irradiaba con más fuerza y su gran sonrisa mostraba lo bonito que se sentía al jugar en el parque de aquel lugar.

 

Un día, TAMI no comió sus ricas onces y por sus ojos salían goticas de algo. Sus amigos, al ver esto, se acercaron pero él se alejaba. Ellos comprendieron que estaba viviendo la tristeza y decidieron hacer algo. 
Luego de dialogar durante un tiempo buscaron a TAMI y le regalaron unas pócimas mágicas. ¡Así es!, las pócimas mágicas de las emociones. Éste increíble regalo traía consigo ingredientes especiales para usar cada vez que TAMI experimentaba una emoción. Además, sus amigos lo invitaron a seguir reconociendo sus emociones pero con el compromiso de vivirlas de la mejor manera.

 

Desde ese día nuestro gran amigo se convirtió en mensajero de emociones y va por cada salón dejando pócimas mágicas y de esta manera muestra lo importante e increíble que es sentir. Leer en voz alta, es abrazar con las palabras.

 

Francy Velásquez Gutiérrez

Maestra de corazón

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